Santo Domingo (Rep. Dominicana).- La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) llamó a todos los sectores de la sociedad nacional a “prevenir las dolorosas experiencias de pasados procesos electorales” en mensaje de orientación pastoral.
Teniendo como referencia el 180 aniversario de la Independencia Nacional y en vísperas de las Elecciones Municipales de este domingo 18 de enero, los prelados recuerdan que en el pasado los conflictivos que han perturbado el orden político y económico, así como la paz y progreso del país.
“Al mismo tiempo, instamos al respeto de las leyes que regulan las funciones y competencias de la Junta Central Electoral, así como las alianzas y fusiones de partidos políticos, asegurando un proceso jurídicamente ordenado”, indican los purpurados en su mensaje.
Manifiestan que su intención con el escrito al pueblo dominicano es dar una “orientación pastoral con el que quisiéramos iluminar la actual situación social y política”.
Reconocen que son naturales las diferencias sobre las opciones de liderazgo y sus programas, pero recuerdan que la descalificación constante y sistemática de opiniones distintas solo genera división, destrucción, y “ningún reino dividido puede prevalecer” (Marcos 3, 24-26).
“Enfatizamos el respeto necesario hacia las decisiones mayoritarias en las urnas. Reafirmamos que participar en elecciones es un deber y derecho moral y cívico, así como apoyar propuestas que fomenten una verdadera agenda nacional”, expresan los obispos.
Indicaron que el ejercicio del voto es viable únicamente en un Estado de derecho, donde la ley se aplica sin interpretaciones sesgadas, interesadas o circunstanciales.
Recordaron que muchos dominicanos viven en situación de marginación y a menudo algunos líderes políticos los consideran como medios para alcanzar y mantener el poder.
Experiencias de pasados procesos electorales
Consideran fundamental que quienes aspiren a un puesto electivo reconozcan la dignidad de cada persona como sujeto de derechos inviolables.
“No podemos tolerar la corrupción, como se manifiesta en la compra y venta de cédulas, una práctica deleznable que evade responsabilidades y permanece impune. Esta práctica debe ser tajantemente rechazada”, dice la nota.
Expresaron su respaldo a la Junta Central Electoral y manifestaron que confían en su esfuerzo por asegurar un proceso electoral transparente, tanto durante el sufragio como en el conteo de votos, momentos críticos donde surgen las principales quejas, sea realmente convincente.
Llaman a los candidatos a evitar las campañas sucias, basadas en la intriga, la calumnia y el uso excesivo de publicidad, ya que esto “pudiera reflejar debilidad y desesperación de los aspirantes a cargos públicos que buscan ganar atención más por ruido que por méritos propios o la calidad de sus programas”
Consideran que, en un país con limitaciones económicas, como el nuestro, el derroche de recursos por parte de cualquier candidato resulta desprestigiante y lo que requiere el país son líderes, con sobriedad, educación, sensatez, capacidad de gobernar, dignidad, autenticidad y transparencia.
“En 2024, necesitamos candidatos creíbles que planifiquen, aúnen esfuerzos, ideas y recursos de los sectores público y privado, y motiven la participación ciudadana, para ejecutar proyectos claves que promuevan el desarrollo de todas las provincias, no solo de la capital. Se trata, pues, del bien común”, manifiestan los obispos.
En su comunicado, los pastores católicos recordaron los retos importantes para las próximas autoridades enfatizando en el fortalecimiento de la familia, como fuente de valores, convivencia ciudadana, cultura y fe por lo que abogan por que se les facilite el acceso a viviendas dignas con servicios básicos como: agua, electricidad, salud, educación y transporte es fundamental para fortalecer la vida familiar dominicana.
Reto de la educación persiste
Otro reto citado en el de mayor atención a la salud, incluida la salud mental por considerar que no se corresponde con el desarrollo y estabilidad macroeconómica del país, el creciente número de personas con trastornos mentales, muchos de los cuales deambulan por nuestras calles. Es un problema al cual las autoridades han de poner especial atención.
Los purpurados no olvidaron el tema de la educación, al que definieron como un factor clave para mejorar la calidad de vida y recordaron que le corresponde a los padres la primera responsabilidad de la de sus hijos, y con su apoyo, las próximas autoridades y el sector privado deben fortalecer el Consejo Nacional de Educación para definir políticas educativas sostenibles, independientes de cambios en la administración.
Se sumaron al consenso nacional en lo relativo a la necesidad de evaluar y capacitar mejor a los docentes, “factores decisivos para abordar el bajo rendimiento de los estudiantes en pruebas internacionales. No se pueden esperar resultados diferentes si se mantienen las mismas prácticas”.
Consideran alarmante que el país tiene el índice más alto de accidentes fatales en calles y carreteras por lo que consideraron crucial integrar la educación vial en el proceso formativo de los educandos, y, aplicar y hacer cumplir las normas de tráfico, y sancionar las infracciones.
Observan como dos signos preocupantes la emigración de jóvenes talentosos y la proliferación de bancas de apuestas por lo que piden crear oportunidades para retener el talento joven y ofrecer alternativas de ahorro e inversión a los ciudadanos con menos recursos.
“Las bancas de apuestas no deberían existir, pero dado que son una realidad en el ámbito nacional, proponemos que cada banca de apuestas advierta sobre los riesgos de adicción y su impacto negativo en el ahorro”, expresan.
Plantean que se debe exigir a los funcionarios públicos revelar cualquier relación con estas entidades y publicar los montos operados diariamente e instan a crear una comisión independiente para revisar la situación jurídica de las bancas de apuestas y proponer regulaciones que busquen el bien común.
Los obispos reiteran la necesidad de un Pacto Social entre todas las fuerzas del país con un enfoque en lo prioritario para la nación.
