El plan de Dios contempla que la iglesia sea conocida como un lugar que no solo ministra a las necesidades, sino que discípula y enseña la palabra para crecer y madurar en la Fe.
Los domingos en la iglesia es el “entretiempo” de un partido que se juega durante la semana.
Las reuniones de la iglesia sirven para fortalecer y afilar las herramientas para luego ser efectivo durante la semana.
De hecho, la iglesia cumple por lo menos tres funciones.
La alabanza de Dios: Estamos aquí para glorificar, alabar y conocer al Dios que nos creó. En Efesios 1:12 dice “A fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”.
Cristo murió por nosotros, derramó su sangre preciosa, dio su vida y resucitó para que podamos exaltarlo en todo lo que hagamos.
La exaltación y la adoración deben ser el propósito de la iglesia, no sólo porque es nuestro “fin principal”, sino porque es lo mismo que continuaremos haciendo por toda la eternidad.
La edificación de los santos: Bernabé se dio cuenta de esto en Antioquia y fue directamente a Tarso a buscar a Pablo.
El vio la necesidad de instrucción y se dijo a sí mismo: “Tenemos que hacer un centro de entrenamiento aquí”.
En Efesios 4:12 dice “A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”.
Cuando Dios planeó la salvación de su pueblo a través de Jesús, también planeó que haya un lugar donde los acogerán, donde crecerían.
Lugar que discípula y enseña la palabra
La evangelización del mundo: Si glorificamos a Dios y edificamos a los santos, naturalmente desearemos compartir la esperanza de salvación con los demás.
También desearemos obedecer al Señor Jesús que nos dijo específicamente en Marcos 16:15 “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
Sin esto, la misión de la iglesia en este mundo queda inconclusa.
Dios le ha dado el mandato a la Iglesia de compartir esta buena noticia de esperanza y de amor a un mundo que desesperadamente lo necesita.
Concepto importante
Todo lo que nos rodea tiene un propósito. El propósito es lo que nos guía en todo lo que hacemos. Sin propósito, uno tiende a perderse más rápido.
Es por ello que cuando Dios creo el concepto de iglesia lo hizo en primer lugar con el propósito para que sus hijos puedan rendirle culto.
El propósito de las reuniones en la iglesia no es para pasar un buen rato sino para discipular, entrenar y movilizar a sus miembros para que puedan promover activamente el Reino de Dios aquí en esta tierra.
Nunca consideras que tu vida tiene una función para los domingos y otra función de lunes a sábado, fuimos creados con el propósito de alabar a Dios en todo momento y asegurarnos que otros también lo puedan hacer.
Motivo de oración
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para alabar tu Santo nombre y darte gracias por haberme creado con un propósito eterno.
Hoy te pido que puedas empoderarme para ser un entrenador de tu palabra y capacitar a otros.
Por Arnold Enns