La Altagracia (Rep. Dominicana).- La República Dominicana necesita una ruta nacional de atención del ictus que unifique protocolos, capacite recursos humanos y garantice el acceso a tratamientos de última generación para todos los pacientes.
Esa fue la principal conclusión del Primer Congreso de Enfermedad Cerebrovascular realizado este fin de semana con la participación de especialistas de Argentina, España, Estados Unidos, Puerto Rico y República Dominicana.
En sus intervenciones, los facultativos coincidieron en que el gran desafío no es únicamente tecnológico, sino logístico y organizacional con la aplicación efectiva del “Código Ictus”, que agiliza la respuesta desde la llegada del paciente al hospital.
Además, los especialistas en neurointervención y neurología vascular discutieron en torno a las nuevas evidencias científicas en trombólisis y trombectomía mecánica.
El presidente de la Sociedad Dominicana de Neurointervención y Neurología Vascular (SDNINV) señaló que el país debe avanzar hacia una red certificada de unidades de ictus, capaz de recibir y tratar de manera inmediata a los pacientes sin importar su lugar de residencia.
Luis Suazo afirmó que en ACV no da segundas oportunidades y aseguró que la única opción es actuar rápido y con los recursos adecuados.
Entre los temas de mayor resonancia estuvo la necesidad de estrechar la colaboración público-privada, tanto para la capacitación de especialistas como para la creación de centros con estándares internacionales.
En ese sentido, el congreso dejó planteada la urgencia de entrenar más neurólogos en trombólisis y trombectomía, con talleres prácticos y simulaciones clínicas como las que se realizaron durante la jornada.
Ruta nacional de atención del ictus
En el encuentro también se analizaron complicaciones poco discutidas como la enfermedad cerebrovascular en el embarazo y el posparto, así como innovaciones en el tratamiento de aneurismas y estenosis carotídeas.
La presentación de casos locales en formato de póster permitió dimensionar las fortalezas y carencias del sistema dominicano, y sirvió de punto de partida para medir avances en los próximos años.
Durante la actividad los asistentes homenajeron al doctor Osvaldo Marté Durán, pionero de la neurocirugía en el país, cuya trayectoria reconocieron como base de la escuela dominicana de neurointervención.
El congreso cerró con un compromiso compartido: hacer del tiempo un aliado y no un enemigo en la atención del ictus.
“Cada minuto sin tratamiento son neuronas que se pierden; cada acción coordinada es una vida que se salva”, subrayaron los organizadores.