Santo Domingo (Rep. Dominicana).- La Fundación Equidad y Justicia Social propuso la creación de un organismo operativo que registre y regule a las entidades religiosas en República Dominicana.
El presidente de la entidad, Fidel Lorenzo Merán, consideró que esto debe hacerse dentro de la base de respeto a la Constitución, las libertades y conquistas de los grupos de fe no católica.
Planteó que dicho organismo debe tener las funciones de crear y aplicar normas en materia religiosa, ser un ente regulador de las relaciones entre iglesias, extender certificados y permisos de operación a los ministros religiosos, mantener registros de iglesias y concilios, entre otras prerrogativas que fortalezcan la naturaleza de la entidad a formarse.
La propuesta del presidente de la entidad surge semanas después de que se conociera del sometimiento de un pastor evangélico que alegadamente cometía agresiones sexuales en contra de feligreses menores de edad en Los Alcarrizos. El señalado lideraba una iglesia “libre”.
Regule a las entidades religiosas
Lorenzo Merán, quien fue presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue), sostuvo que debe ser una institución pública reguladora y fiscalizadora que pueda certificar legalmente que quienes ejercen el ministerio estén en condiciones de hacerlo dentro de la moral y las buenas costumbres.
“Debido a la particular naturaleza, diversificación y crecimiento de la comunidad religiosa en el país, y en el caso específico de las iglesias evangélicas, es necesario un estatuto que permita normalizar las operaciones de tan importante sector”, añadió Lorenzo Merán.
El representante de la Fejus, consideró que el funcionamiento del propuesto organismo sea al margen de la Ley 122-05, que regula y fomenta las asociaciones sin fines de lucro.
Para el activista religioso es evidente el incremento en los últimos 15 años de las iglesias protestantes, entre estas las evangélicas, las cuales representan una población mayoritaria en el país, que demanda una regulación de parte del Estado respetando los límites de libertad y separación.
“Es necesario la conformación de un organismo con base legal, reglas justas e igualitarias para todos, que fomente, garantice los derechos colectivos inherentes a la vida religiosa y provea protección ante las amenazas sociales y espirituales que afectan a los grupos religiosos”, insistió Lorenzo Merán.
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