Redacción (Fuente externa).- La cancillería de Venezuela condenó incautación del avión del presidente de ese país, Nicolás Maduro, en República Dominicana por parte de autoridades estadounidenses.
Calificó la confiscación como una “práctica criminal reincidente” y aseguró que EEUU amedrenta y presiona a Estados como República Dominicana para que sirvan de “cómplices en sus actos delincuenciales”.
En un comunicado la cancillería añadió que el país se reserva el derecho de emprender “cualquier acción legal” para reparar el daño y afirmó que forma parte de una “escalada de acciones” contra el gobierno, tras las elecciones del 28 de julio.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que un avión utilizado por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lo incautaron y trasladaron a territorio estadounidense, tras determinar que su compra violó leyes de control de exportaciones y sanciones.
“Esta mañana, el Departamento de Justicia confiscó un avión que alegamos lo compraron ilegalmente por 13 millones de dólares a través de una empresa fantasma y sacado de contrabando de los Estados Unidos para que lo utilizaran Nicolás Maduro y sus allegados”, dijo el fiscal general Merrick B. Garland, de acuerdo a una nota de prensa del Departamento de Justicia.
Venezuela condenó incautación del avión
El avión, un Dassault Falcon 900EX matrícula T7-ESPRT, según autoridades estadounidenses volaba “casi exclusivamente hacia y desde una base militar en Venezuela”, y que el mandatario venezolano utilizó para visitar otros países.
La aeronave la retuvieron en República Dominicana y trasladaron este lunes al aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, EEUU, donde aterrizó poco antes del mediodía del lunes, según sitios web de seguimiento de vuelos.
Según funcionarios estadounidenses entre fines de 2022 e inicios de 2023 los socios del líder venezolano utilizaron una empresa fantasma con sede en el Caribe para ocultar su participación en la compra del avión, valuado en ese momento en 13 millones de dólares, a una empresa en Florida.
El avión lo exportaron desde Estados Unidos a Venezuela, a través del Caribe, en abril de 2023 en una transacción destinada a eludir una orden ejecutiva que prohíbe a los estadounidenses realizar transacciones comerciales con el régimen de Maduro.
