A pesar de representar la mayoría en la población, universidades y escuelas, las mujeres dominicanas siguen enfrentando una alarmante desigualdad en el acceso al empleo y la seguridad social.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, llamo a las mujeres del país a organizarse y luchar contra un sistema que las relega a la informalidad, los bajos salarios y la precariedad.
El 8 de marzo no es solo una fecha para celebrar avances, sino también para visibilizar la exclusión que aún enfrentan las mujeres en el ámbito laboral y social.
No basta con estudiar y prepararse si el sistema sigue negando a las mujeres el derecho a un empleo digno y a una jubilación segura.
El modelo económico dominicano impone barreras que afectan principalmente a las mujeres.
Mientras el 75 % de los hombres en edad productiva logra insertarse en el mercado laboral, apenas el 50 % de las mujeres accede a un empleo.
Peor aún, 50 % de las trabajadoras están en la informalidad, sin acceso a seguridad social ni estabilidad financiera.
Las mujeres también son las más afectadas por el desempleo y los despidos. Por cada hombre que pierde su trabajo, el doble de mujeres son despedidas.
Esta realidad condena a muchas a llegar a la vejez sin derecho a pensión, aumentando su vulnerabilidad.
Mujeres dominicanas
A esto se suma la brecha salarial y la precarización del trabajo. Más del 20 % de la población trabajadora, en su mayoría mujeres, gana menos de RD$13,000 pesos mensuales, y el 50% no supera los RD$20,000 pesos, lo que limita sus posibilidades de independencia económica.
El acceso a salud de calidad, agua potable, energía eléctrica y seguridad sigue siendo una deuda pendiente para la sociedad dominicana, pero son las mujeres quienes enfrentan con mayor crudeza estas carencias.
Ante este panorama, insto a las mujeres a mantenerse en alerta y movilizarse para exigir cambios estructurales.
No podemos seguir aceptando un modelo social y económico que concentra la riqueza en unos pocos y perpetúa la desigualdad.
Es momento de organizarnos y luchar por un país con igualdad real de oportunidades para todas y todos.
Por Fulgencio Severino