El presidente Luis Abinader se levantó al país con su advertencia a los funcionarios de su gobierno que aspiran a la nominación presidencial por el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM): o aplazan sus aspiraciones o renuncian a sus cargos oficiales.
Nada garantiza que los precandidatos presidenciales no hagan uso de los fondos públicos para impulsar sus aspiraciones o descubrir sus trabajos gubernamentales.
Desconozco si la advertencia incluye a la vicepresidenta Raquel Peña, quien ha confesado que sueña con subir las escalinatas del Palacio Nacional en el 2028 como Presidenta de la República.
¿El sueño de la vicepresidenta se habrá convertido en pesadilla? ¿Qué dirán a esto los poderosos empresarios y los industriales de Santiago que junto a los sectores fácticos de la región cibaeña apoyan e impulsan la concreción de ese sueño de la segunda mandataria?
A menos que sea un chiste cruel del presidente Abinader, muchos moños se quedarán hechos y no podrán asistir a la fiesta para la que ya habían contratado al combo que la amenizaría.
Quizás como coincidencia del destino o como azar de la mala suerte, en el mismo momento en que Abinader anunció a los funcionarios de su gobierno con ínfulas presidenciales, el presidente de la Liga Municipal Dominicana, Víctor D´Aza, encabezaba en el Club Calero de Villa Duarte una actividad política del Movimiento Primero La Gente, que lo postulaba como precandidato presidencial por el PRM.
Con todo respeto, pero desconozco en qué país vive el presidente Abinader, porque a quien se le ocurre la eventual renuncia de la vicepresidenta Raquel Peña, del director de Aduanas Yayo Sanz Lovatón, del ministro de Turismo David Collado, del ministro de Industria, Comercio y Mipynes, Ito Bisonó, del presidente de la Liga Municipal Dominicana, de Víctor D´Aza, o del Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Aguas Potables (INAPA), Wellington Arnaud. Y estos son sólo los aspirantes visibles hasta ahora, porque de seguro en el curso de los días surgirán otros.
Ninguno renunciará a sus cargos ni a sus aspiraciones presidenciales.
Funcionarios de su gobierno que aspiran
A lo más que llegarán es a ser un poco discretos, pero en todo caso estarían burlándose de la advertencia del presidente Abinader e irrespetando su autoridad, y lo grave es que eso lo sabe el mismo presidente de la República.
Muchos de esos monstruos son hechura de él; ahora que no se queje
Casualmente, todos los aspirantes a la nominación presidencial por el PRM manejan cuantiosos recursos económicos y cuentan con una empleomanía que se distrae de sus funciones para hacer campaña por sus jefes.
Honestamente, no creo que la advertencia del presidente surta algún efecto, y repito, eso él lo sabe de primera mano.
Si realmente él quiere detener el proselitismo dentro del gobierno, lo correcto fuera que aproveche la ocasión y destituya a dos o tres de estos funcionarios.
Así el mensaje sería directo y contundente, porque la calidad de los servicios públicos que deben dar a esos funcionarios aspirantes en su mayoría dan vergüenza por deficientes.
