Santo Domingo (Rep. Dominicana).- Los obispos de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) manifestaron preocupación por la manera en que la Dirección General de Migración (DGM) ejecutan las redadas en contras de haitianos que están en territorio dominicano en situación de irregularidad.
En el documento de conclusión de su reunión en la 63ª Asamblea Plenaria, los prelados pidieron a las autoridades que, en vez de convertir las salas en puntos de control migratorio, “(…) se persiga y sancione a los que trafican con inmigrantes irregulares, sean de la nación que sean”.
Expresaron que durante su encentro reflexionaron sobre la situación migratoria fruto de la inestabilidad política y las dificultades sociales en de Haití marcada por una crisis que obliga a los nacionales del vecino país “a emigrar en busca de un futuro mejor, encontrando en suelo dominicano un refugio que ofrece cobijo, trabajo y esperanza”.
Los pastores reconocen “el esfuerzo constante que, desde nuestra nación y gobierno dominicano” en favor de Haití, pero las acciones “se ven empañados por las redadas que se realizan contra migrantes irregulares”.
“Y aunque reconocemos el derecho que le asiste a toda nación de aplicar sus leyes migratorias, exhortamos a nuestras autoridades a que su ejecución sea siempre conforme a los principios de justicia, equidad y respeto a la dignidad humana”, expresaron los mitrados.
Redadas en contras de haitianos
Critican que en el país tomara vigencia un “inaceptable todo discurso xenófobo y discriminatorio contra el inmigrante, ya que solo genera sentimientos de odio y violento el clima de fraternidad entre nuestras naciones”.
Manifestaron su rechazo “a cualquier discurso que incite a la violencia, el rechazo, la marginación y la discriminación, al tiempo de advertir “que tanto dentro como fuera del país, se corre el riesgo de manipular cualquier acción tendiente a la aplicación de las leyes migratorias, o de cualquier gesto humanitario y de justicia hacia los migrantes”.
Los obispos llamaron a la comunidad internacional a dejar a tras los discursos y ejecutar acciones firmes en favor del pueblo haitiano porque para la actual realidad de esa población “es tiempo de gestos concretos de solidaridad, que ayudan a construir la paz y el desarrollo duradero en esa nación hermana”.