Dios ha llamado a hombres y mujeres que pertenecen a otro Reino para que actúen a nombre suyo en esta tierra y ejecuten lo que dice el manual, la Biblia, la palabra de Dios.
Jesús dijo que nosotros no somos del mundo, de este Reino, que pertenecemos y respondemos a otro Reino. Luego Jesús pidió que el Padre no nos quite del mundo, porque tenemos que estar en el mundo, pero no ser del mundo.
La función nuestra es similar a la de un Árbitro que trae orden y disciplina a la cancha del juego.
Con esta palabra Él dice que estamos en medio del caos y de la crisis, pero no somos parte del caos y de la crisis. Es más, no contribuimos para ello sino estamos aquí para traer orden y disciplina.
Al igual que el Árbitro no fuimos llamados para cuestionar el Manual de Juego, Su palabra en este caso, sino solo hacerla cumplir.
Para esto Jesús nos dio autoridad delegada del Reino de los Cielos para traer orden al caos y la crisis aquí en la tierra. En Mateo 10:1 dice “Y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia”.
No hay duda que hay mucha enfermedad, dolencia, caos y crisis en el mundo y es por ello precisamente que Dios necesita a personas como tú y yo, que somos de otro Reino, para actuar en este mundo en representación de Él y Su reino.
Pertenecen a otro Reino
Concepto importante
Jesús nos ha encomendado una misión especial que no podemos obviar. Hemos sido redimidos con un solo propósito el de traer honra y gloria a Dios mediante nuestra Fe y acciones aquí en este mundo.
Si pensamos que fuimos redimidos, por su muerte en la cruz, solo para ir al cielo, tener vida eterna y caminar sobre calles de oro y mar de cristal, estamos totalmente equivocados. Fuimos creados para ser sus embajadores, reyes y sacerdotes aquí en este mundo.
Motivo de oración
Señor Jesús gracias por hacerme parte de tu reino y parte de yu equipo de trabajo aquí en esta tierra. Ayúdame a comprender el propósito por el cual fui creado y dame el poder, el coraje y la valentía de actuar a favor de tu reino aquí en este mundo.
Por Arnold Enns