La salud mental es un componente esencial del bienestar de la población y un factor clave en el desarrollo social y económico de la República Dominicana.
El término “salud mental” se usa frecuentemente para referirse a enfermedades mentales. Si bien la salud y las enfermedades mentales están relacionadas, representan estados psicológicos diferentes.
La salud mental es “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias aptitudes, puede sobrellevar el estrés propio de la vida, tiene la capacidad de trabajar de forma productiva y provechosa y es capaz de contribuir a su comunidad”.
La enfermedad mental se define como un trastorno mental diagnosticable o la afección mental caracterizada por alteraciones en el pensamiento, el carácter o el comportamiento (o alguna combinación de estos) relacionadas con una sensación de angustia o un deterioro en el funcionamiento, según expreso el doctor César Castellanos durante su Conferencia en el Colegio Médico, Auspiciada por el Instituto de Formación Académica Gerencial (IFAD FIMAR), del cual soy el Coordinador Académico.
Uno de los elementos a resaltar en el marco de la conferencia es el desafío de la formación del Talento Humano, con las competencias para responder al reto que significa la salud en el país.
De manera que la respuesta del sistema de salud a los trastornos mentales se ve limitada por el desafío de la insuficiencia y la inadecuada formación del capital humano especializado.
La formación del capital humano es una responsabilidad de las Instituciones de educación superior, según los datos compartidos por el doctor Castellanos el país cuenta actualmente con 17 escuelas de psicología y tres programas de formación de especialistas de psiquiatría, la mayoría con deficiente calidad en la oferta de capacitación poca relación entre las necesidades del país y la oferta de capacitación
Componente esencial del bienestar de la población
En resumen, una respuesta eficiente a las problemáticas de la salud y enfermedades mentales pasa por mejorar las condiciones de vida, trabajo, del ambiente en la comunidad, de las relaciones sociales en el barrio, de una oferta adecuada de psiquiatras, psicólogos clínicos y otros profesionales de la salud mental, bien formados conforme a los avances científicos y las necesidades del contexto dominicano.
Además, la formación en salud mental en las carreras de medicina y enfermería es limitada, lo que reduce la capacidad de los profesionales generales para identificar y manejar trastornos en los niveles primarios de atención.
Sumado a estos elementos, es necesario promover programas de formación continua tría, muchas veces estos planes de estudio no están actualizados para que los profesionales actualicen sus conocimientos y habilidades en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales, con un enfoque interdisciplinario y de atención integral.
Estos profesionales bien formados deben estar colocados en toda la geografía nacional u con incentivos adecuados, según cifras del doctor Castellanos director del IEDSP, el 85% de los recursos formados se concentran en el Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo.
Desde el Decanato de la Facultad de Ciencias de la Salud, nos comprometemos a, junto al Colegio Médico Dominicano y las sociedades especializadas, trabajar en pro de una mejor formación en los programas de residencias medicas de psiquiatría que avala nuestra institución, promover programas de formación continua, promover junto al Ministerio de Salud la apertura de nuevas plazas y desarrollar programas de extensión universitaria en conjunto con los hospitales y los estudiantes de las distintas carreras de la Facultad.
También promoveremos intercambio y movilidad de docentes y estudiantes para conocer otros modelos de respuestas a la salud mental en el mundo
Por Rafael Montero, aspirante a decano de la Decanato de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UASD