Redacción (Fuente externa).- La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) anuncia un paso importante para proporcionar información nutricional a simple vista a los consumidores, al proponer que se exija un etiquetado frontal nutricional (FOP, por sus siglas en inglés) en la mayoría de los alimentos envasados.
Esta propuesta desempeña un papel clave en las prioridades nutricionales de la agencia, que forman parte de un esfuerzo gubernamental para combatir la crisis de enfermedades crónicas del país. Si se aprueba, la propuesta ofrecería a los consumidores información a simple vista sobre el contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos en los alimentos, tres nutrientes directamente relacionados con las enfermedades crónicas cuando se consumen en exceso.
El etiquetado frontal propuesto, también denominado «cuadro de información nutricional», ofrece información sobre el contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos en un formato sencillo que muestra si el alimento tiene niveles «bajos», «medios» o «altos» de estos nutrientes.
Las enfermedades crónicas, como las enfermedades cardíacas, el cáncer y la diabetes, son la principal causa de discapacidad y muerte en los Estados Unidos.
El 60 % de las personas en los Estados Unidos padecen al menos una enfermedad crónica. Estas enfermedades son también las principales causantes de los $4.5 billones anuales de gastos en atención médica del país.
Numerosas investigaciones indican que el consumo excesivo de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos contribuye en gran medida a este problema. En el suministro de alimentos existe una proliferación de los alimentos considerados ultraprocesados, que, a menudo, contienen niveles altos de estos nutrientes.
Información nutricional a simple vista
El cuadro de información nutricional tiene el objetivo de proporcionar información accesible con el fin de ayudar a los consumidores a identificar de manera rápida y fácil qué alimentos pueden formar parte de una dieta saludable.
«La ciencia sobre las grasas saturadas, el sodio y los azúcares añadidos es clara», indicó el comisionado de la FDA, el Dr. Robert M. Califf, M.D.
«Casi todo el mundo conoce o cuida a alguien con una enfermedad crónica que se genera como consecuencia, en parte, de los alimentos que comemos. Ya es hora de que facilitemos a los consumidores la tarea de darle un vistazo a un alimento, hacer una elección y comprarlo», dijo.
El cuadro de información nutricional propuesto se basa en un importante conjunto de investigaciones llevadas a cabo por la FDA, que incluyen una revisión de fuentes científicas, grupos de debate de los consumidores y un estudio experimental evaluado por pares.
En 2023, la FDA llevó a cabo un estudio experimental con casi 10 000 adultos de los Estados Unidos con el fin de explorar más a fondo las respuestas de los consumidores a tres tipos diferentes de etiquetados frontales.
El propósito del estudio experimental era identificar qué esquemas de etiquetado frontal permitían a los participantes hacer evaluaciones más rápidas y precisas del valor nutritivo de un producto en función de los niveles de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos mostrados.
Información nutricional a simple vista
El estudio experimental demostró que el esquema de información nutricional en blanco y negro con el porcentaje de valor diario era el que mejor ayudaba a los consumidores a identificar las opciones de alimentos más saludables.
«La alimentación debe ser un camino para lograr el bienestar, no un factor que genere enfermedades crónicas», indicó Jim Jones, subcomisionado del Programa de Alimentos Humanos de la FDA.
«Además de nuestra meta de proporcionar información a los consumidores, es posible que los fabricantes vuelvan a formular los productos para que sean más saludables en respuesta al etiquetado frontal nutricional», dijo.
El cuadro de información nutricional, la reciente declaración actualizada de «healthy” (saludable), el trabajo de la FDA para desarrollar un símbolo de «healthy» y el proyecto de objetivos voluntarios para la reducción del sodio en la fase II son aspectos clave de un enfoque gubernamental destinado a mejorar la nutrición y a reducir las enfermedades crónicas en los Estados Unidos.
Estas iniciativas pueden ayudar a los consumidores a identificar con más facilidad los alimentos recomendados por las Guías Dietéticas para los estadounidenses y también a reducir el consumo de ciertos nutrientes que se encuentran en los alimentos que se consideran ultraprocesados.