Redacción (Agencias).- Bajó el número de migrantes que se agolpaban junto al muro que divide a Ciudad Juárez, en México, de la fronteriza El Paso, en Estados Unidos.
En el lado mexicano, donde hace algunas semanas se veían cientos de personas alineándose para entregarse a las autoridades, la disminución coincide con las temperaturas invernales en la zona.
Es visible en los albergues como el Buen Samaritano, en Ciudad Juárez, donde este miércoles se refugiaban unos 33 migrantes.
La instalación, que provee cobijo, alimento y servicios básicos a los migrantes, cuenta con una capacidad para 150 personas.
En otros momentos, han excedido este número, pero ahora, el edificio acomoda ampliamente a quienes hacen una parada en su camino a EEUU.
«Casi la mayoría de los albergues ahorita están en una capacidad muy mínima de personas albergadas», dijo a la Voz de América, el pastor Juan Fierro García, director de El Buen Samaritano, donde se reparten mantas y techo a los que llegan después de cientos de kilómetros de peligroso camino.
Según Fierro García, este decrecimiento se debe a que los migrantes deciden no esperar a los demorados trámites a través de la aplicación CBP One y deciden entregarse directamente a las autoridades migratorias de Estados Unidos en El Paso, en el estado de Texas.
«Hay personas que han esperado ya seis meses y van a tener hasta ocho meses para poder cruzar», aseguró el religioso, quien insistió en que durante este tiempo son acogidos en el refugio.
«Son seres humanos que necesitan atención”, advirtió sobre continuar ofreciendo servicios sin importar cuántas personas haya en el albergue.
Bajó el número migrantes
La venezolana Ali Sánchez lleva cuatro meses en Ciudad Juárez junto a su familia. Su esposo trabaja en un mercado cercano y su hijo permanece con ella en el Buen Samaritano.
Muchos de sus compañeros ya han cruzado hacia EEUU, mientras ellos esperan por la cita de CBP One.
Según cifras recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP, en inglés), más de 43.000 personas fueron procesadas en los puertos de entrada utilizando la aplicación CBP One en noviembre pasado.
Desde su puesta en marcha en enero de 2023, casi 360.000 han programado citas con éxito a través de la plataforma, en su gran mayoría procedentes de Haití, México y Venezuela.
Sin embargo, muchos migrantes se quejan de los prolongados tiempos de espera para acceder a las citas y las dificultades para conectarse desde el lado mexicano.
Otros tantos no tienen acceso a dispositivos móviles, robados o perdidos en la peligrosa travesía hasta la frontera estadounidense.
Cerca, en Eagle Pass, Texas, los migrantes se encuentran con la dificultad del alambre de púas colocado por las autoridades de ese estado a lo largo del río Grande.
En medio del frío, bajó el número migrantes
Este miércoles todavía quedaban en pie esos obstáculos, pesar de que el Tribunal Supremo le dio la razón a la administración del presidente Joe Biden y autorizó a la Patrulla Fronteriza a retirar los alambres que impiden el acceso de los agentes a partes del terreno limítrofe entre ambos países.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, celebró este martes la decisión del Supremo, aunque advirtió que el proceso legal no ha terminado aún.
«Lo que sabemos que la Patrulla Fronteriza puede hacer es cortar el alambre de púas para que realmente puedan hacer su trabajo», insistió Jean-Pierre al redoblar en sus críticas contra lo que llamó «show político» del gobernador republicano Greg Abbott en Texas.
La migración es uno de los temas más cadentes en la política de EEUU, que este año irá a elecciones presidenciales.
El manejo de la frontera es motivo de desacuerdo entre republicanos y demócratas, quienes actualmente tratan de destrabar negociaciones para enviar fondos a Ucrania e Israel atadas a exigencias del ala extrema del partido Republicano por una política migratoria más dura.